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Vivimos en un mundo en el que se nos ofrece un suministro interminable de productos en una amplia variedad de plataformas digitales a través de algoritmos sofisticados que saben lo que necesitamos antes de que sepamos que lo necesitamos. En cuestión de segundos, y con la facilidad de abrir el grifo de la cocina, esos artículos están en camino a nuestra puerta.

Ahora, en esta industria hay todo tipo de tecnología establecida y procesos físicos que mueven esa "necesidad" de manera efectiva del punto A al punto B y el 99% se lleva a cabo mucho antes de que llegue al camión de reparto. 

Los sistemas de transporte son el pan y la mantequilla de la industria de manejo de materiales y el elemento vital para sacar dichos paquetes de la manera adecuada. 

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En un mundo perfecto, el sistema de transporte funciona según lo diseñado, enviando cajas, paquetes de burbujas, bolsas de polietileno y sobres llenos de todo tipo de productos. Este grupo aparentemente aleatorio de elementos se envía a sus destinos designados a lo que parece ser una velocidad sin esfuerzo. 

Los paquetes con destino a la bodega de carga de un avión, un semirremolque y un camión de reparto finalmente llegan a su cliente previsto en cualquier parte del mundo. La planificación y el tiempo de un sistema de este tipo a menudo se hablan en milisegundos, lo que deja márgenes muy pequeños para el error. 

Los sistemas de transporte actuales están diseñados y
operados para garantizar que el producto se mueva de la
manera más oportuna y eficiente posible. Son maravillas
sofisticadas y, posiblemente, tecnológicas. 

La tecnología de automatización, incluida la detección rápida de vanguardia, los sistemas de visión y la indicación localizada, ha permitido que estos rápidos sistemas de transporte se vuelvan omnipresentes. A pesar de todo este avance en la automatización, sigue existiendo un problema muy manual: los atascos.

Cada vez que los artículos en un transportador se atoran inesperadamente y causan un atasco, se produce un retraso en la producción potencialmente costoso si no se resuelve rápidamente.

Con el tiempo, los atascos frecuentes pueden sumar una grave pérdida de rendimiento y rentabilidad. Además, cuando los productos se atoran en los atascos del transportador, pueden sufrir daños por colisiones repetidas. Por lo tanto, los fabricantes deben identificar el problema de inmediato y resolverlos lo antes posible.

Los atascos ocurren de manera constante, consistente y sin
fallas, y no son un problema nuevo de transporte.

En este sentido, la detección confiable, precisa y rápida de atascos mientras se evita es un problema que Banner Engineering busca resolver. 

Al reemplazar la tecnología anterior con el sensor de detección de atascos Q5X, los sistemas transportadores y los operadores pueden detectar un atasco de forma rápida y precisa. 

Este es una solución plug-and-play que alerta inmediatamente a los operadores cada vez que se produce un atasco físico. Luego pueden eliminarlo y hacer que la línea se mueva nuevamente con una interrupción mínima.

Esto ayuda a reducir significativamente el tiempo de inactividad general, en particular para los sistemas de transportadores que presentan curvas, espirales alimentadas por gravedad y otros cuellos de botella potenciales.

Adivinar si un atasco declarado es un atasco real no es un problema con el que deban enfrentarse los sistemas e ingenieros avanzados de hoy en día. Los equipos dañados, el tiempo de inactividad innecesario y la disminución de la productividad no son compromisos que deban hacerse solo para satisfacer nuestras necesidades personales, sin mencionar las del cliente.